Declaración y Fotos Acto Salvador Allende


















Salvador Allende?...¡ya la tendría puesta!
Nos anima la urgencia por una convivencia democrática
que todos y cada uno se conmuevan
frente a las consecuencias concretas de esta ausencia
en personas con nombre y apellido
en pueblos y culturas
en cineastas y creadores y ciudadanos de a pie
Defender tu libertad de expresión y pedir juicios justos para todos
¿te parece un delito?
Esta acción es una motivación ética y política
para quienes pensamos que estos bienes sociales son de todos
para quienes no aceptamos represión y silencio como respuesta
Hoy por Elena Varela, mañana por ti…
¡para que la dignidad se haga costumbre!

Plataforma Ciudadana por la Libertad de Expresión y Creación
27 de junio de 2008

¿Salvador Allende?...¡ya la tendría puesta!




por CMI-Santiago/ mediActivista Friday, Jun. 27, 2008 at 2:05 PM


De esta manera un grupo de activistas miembros de la Plataforma por la Libertad de Expresión y Creación, manifestaron de forma silenciosa un grito de amor y solidaridad con la cineasta Elena Varela desde sus poleras. Recordemos que la cineasta se encuentra detenida en la Cárcel de Alta Seguridad de Rancagua desde el pasado 7 de mayo, víctima de un montaje policial.


El día de ayer fue un día agitado, las movilizaciones estudiantiles no cesaban, al contrario, se radicalizaban. Marchas, mitines, cortes de calle y retomas de establecimientos educacionales se multiplicaban por Santiago y el país. Por su parte el Estado respondía con su manera clásica: Represión.

Ayer fue también el inicio de las jornadas de homenaje a un hombre que podríamos llamar consecuencia, pero se llamaba Salvador Allende.

Muchos trataran de señalar que estaban o están cerca de sus idearios, pero la verdad es que sólo lo han transformado en un instrumento para lograr dividendos políticos y en pieza de comercio, souvenirs y merchandising. Patético.




En medio de esta fiebre Allendista, la Plataforma por la Libertad de Expresión y Creación prefirió homenajear a Allende con un acto de amor y solidaridad para con la cineasta Elena Varela, prisionera de este Estado que se dice defensor de los derechos humanos y que desde su gobierno ciudadano vende la imagen de un Chile próspero y continuador del legado de Allende. Vil mentira.

En momentos en que se disponía a hablar la Ministra de Cultura Paulina Urrutia y bajo las miradas de una desencajada Michelle Bachelet, un grupo de activistas de la Plataforma se despojaba de sus ropas dejando al descubierto un grito desde sus poleras: LIBERTAD PARA ELENA VARELA, LIBERTAD DE EXPRESIÓN, NO+REPRESIÓN.

Tanto la Ministra, como la Presidenta, debieron leer sus discursos aprendidos y ultra ensayados, bajo la denuncia de que sus palabras estaban vacías de realidad. Una mujer más estaba presa por expresar sus ideas y que ellas no habían hecho absolutamente nada.

La acción fue compartida por los asistentes a la muestra e inicio oficial de las actividades en homenaje a Salvador Allende. Muchos expresaron su solidaridad con la cineasta Elena Varela y repudiaron el montaje del que es víctima.

Elena Varela se encontraba en territorio Mapuche desde hacía ya varios años realizando un documental, fue durante la investigación para la realización de este, que la cineasta fue encontrándose con un tramado siniestro y oculto que financia y justifica la militarización de dichos territorios.

Sin dudas, quienes financian este tramado se encuentran detrás de este montaje que pretende silenciar la verdad encontrada por la cineasta.

Allanamientos continuos, violencia ejercida por civiles armados (paramilitares y latifundistas), la policía trabajando como guardia privada, son sólo algunas de las irregularidades y hebras de este tramado siniestro, de esta red de protección que mantiene a las comunidades sitiadas y siendo objeto de agresiones constantes, tanto físicas como verbales.

Es esta realidad que encuentra Elena Varela y retrata en sus filmaciones, material que se encuentra en manos de la policía civil y de los tribunales. Material que, violando las leyes de propiedad intelectual, ha sido copiado y utilizado para otras causas que se mantienen abiertas en los tribunales sobre el llamado conflicto Mapuche.

Diversas muestras de solidaridad, desde apartados lugares del mundo y variadas personalidades del arte, la cultura y de organizaciones de derechos humanos, han llegado hasta la Plataforma hacia Elena Varela y en reclamo, protesta y exigencia de la puesta inmediata en libertad de la cineasta y su equipo, como también la restitución de todo el material confiscado para que pueda continuar y terminar el documental Newen Mapuche.
Desde aquí nuestra solidaridad y compromiso con la libertad de expresión, nuestra decidida lucha y oposición a todo montaje policial, nuestra exigencia a la libertad inmediata de tod@s l@s pres@s polític@s.

Elena Varela y su defensa desde la cárcel “Estoy presa por la información que manejo”


En LND http://www.lnd.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20080628/pags/20080628180307.html
por Jaime Díaz Lavanchy
Ha sido acusada de terrorista, de pertenecer al MIR y participar en un asalto. Sin defensa ante la opinión pública, ha sido vinculada también a un asesinato. La documentalista detenida mientras grababa su película “Newen Mapuche” alega su inocencia.

La documentalista Elena Varela fue detenida el pasado 7 de mayo mientras realizaba su película "Newen Mapuche". Se le acusa de ser la autora intelectual de un asalto supuestamente perpetrado por ex miristas en la VI Región. Desde su detención, la documentalista no ha tenido la oportunidad de comunicar su versión de los hechos, ni menos aún ha podido denunciar las torturas que dice haber sufrido. Sólo la ha visitado su madre, sus hermanos, su padre, que además es diácono, y su hija de 16 años, que está destrozada por el encierro de Elena. Su abogado presentó un recurso de amparo que fue rechazado por la Corte de Rancagua. El pasado viernes acompañamos a Patricio Quevedo, de Amnistía Internacional Chile, y Paulina Acevedo, del Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas, hasta la cárcel de Rancagua y así logramos entrevistar a Elena Varela. Esto es lo que nos dijo.
Tu abogado asegura que has sido víctima de torturas. ¿Puedes explicar tu versión de los hechos?
A mí me detienen en el sur, entran a mi casa más de 20 policías armados y sólo uno llevaba placa de Investigaciones. Los demás estaban todos vestidos de civil. Me subieron a un auto de vidrios polarizados y me llevaron encañonada todo el rato. No me dejaron hablar con un abogado en 24 horas, no me dijeron de qué se me acusaba. Me detuvieron a las nueve de la mañana del día 7 de mayo y me tuvieron sin comer ni tomar agua durante todo el día. Además, me obligaron a estar de pie toda la tarde, como seis horas, mirando contra la pared. Después de todo eso, me interrogaron. A las dos de la mañana un oficial golpeaba la mesa tratando de obligarme a decir lo que él quería escuchar.
¿Eso fue lo peor?
No, lo peor fue que los policías me hacían pensar que a mi hija podía pasarle algo malo si su madre no estaba con ella. Eso me afectó mucho. Yo trato de seguir optimista, no puedo imaginar que todo pueda ser tan malo, que esta sociedad pueda ser tan perversa. Pero lo que más me afecta es mi hija que viene todos los domingos. La América sólo tiene 16 años y está muy dañada. Ella es la que más me preocupa. Tiene miedo de estar en la casa, miedo de salir a la calle, miedo de que me pase algo a mí. Está aterrorizada, se está enfermando, la veo muy mal.
¿Alguien más te apoya, te visita?
Yo sé que afuera hay mucha gente que me está apoyando, gente que está pidiendo mi libertad. Aquí he tenido el apoyo de toda mi familia. Me visitan mis padres y mis hermanos, vienen todas las semanas. Eso ayuda mucho. Mi familia es muy cristiana, muy unida y mi padre es diácono. Nos apoyamos los unos en los otros y confiamos en Dios y en que todo tiene que tener algún sentido.
"SOY UNA PRESA POLÍTICA"
¿En qué circunstancias te detuvieron?
Me detuvieron cuando estaba grabando mi película "Newen Mapuche", sobre el conflicto entre los mapuches y las forestales. Pero no supe hasta que llegué a Rancagua que me estaban acusando de un asalto.
¿Y tú aseguras que eres inocente?
Sí, soy inocente.
¿Por qué estás presa, entonces?
Por realizar "Newen Mapuche", una película que tiene financiamiento del Fondo de Fomento Audiovisual, pero que es bastante conflictiva para el Estado, para el sistema. Yo creo que estoy en la cárcel por hacer mi película.
¿Se trata de un montaje?
Sí, las policías, los sistemas de inteligencia, tienen la visión de que el pueblo mapuche es revolucionario, es terrorista y que está vinculado a grupos de izquierda subversivos, y basta que uno entreviste a algún activista prófugo de la Ley Antiterrorista para que altiro te acusen de lo mismo, de ser terrorista.
¿Confirmas que la principal motivación de tu procesamiento sería incautar tu documental con fines de inteligencia?
Sí, estoy presa por mi trabajo profesional como cineasta, por la información que manejo, por interactuar con activistas mapuches que luchan por lo que creen, por entrevistar a personas de comunidades mapuches que han sido muy reprimidas y que no se atreven a decir nada, porque sé muchas cosas tan crueles que me llegan a enfermar. El pueblo mapuche ha sido humillado, ha sido perseguido. ¡He visto tanta gente aplastada emocionalmente, siquiátricamente, tanta gente que no se atreve a hablar! Por eso estoy presa.
¿Qué es lo que más te duele?
¡Los niños, los niños enfermos de Temucuicui! Se ve en sus dibujos. En sus dibujos ellos pintan militares dentro de sus casas, explosiones de bombas lacrimógenas. ¡Eso es lo que no quieren que se sepa! Y quieren saber, además, dónde están los mapuches que están luchando, para exterminarlos, como quieren hacer conmigo. Yo quise hacer una película y me encarcelaron. Esta es una manera de exterminarme, de silenciarme.
¿Te sientes una presa política?
Sí, me siento presa política. Pero no porque tenga militancia política. Yo me considero militante de la vida, de la humanidad, del planeta. No soy de ningún partido. Soy sensible a los problemas sociales. Soy sensible cuando a alguien lo persiguen, soy cristiana también. Entonces no puedo ocultar lo que está sucediendo, el dolor de la gente mapuche.
"LO QUE YO QUERÍA CONTAR"
¿Cómo nace tu preocupación por el pueblo mapuche?

Sinceramente, cuando yo me fui a investigar, a grabar a la IX Región, tenía una visión academicista de los mapuches. Lo que yo quería era investigar la música mapuche, saber cómo construían sus instrumentos, porque yo además de cineasta soy profesora de música. Pero el primer día que entré a una comunidad empecé a darme cuenta de la represión que sufren, y pensé: "¡No saco nada con estudiar la música mapuche, si ellos no pueden vivir!".
¿Qué viste que te cambió tanto?
Vi que están empobrecidos, que sus tierras están secas, que detrás de las forestales hay todo un aparataje político, político-militar, y vi que la industria forestal se gasta toda la plata que sea necesaria para acallar a cualquier persona que se rebele contra el sistema. Los allanamientos a las comunidades mapuches son constantes y terribles. Yo creo que algunos todavía buscan entre los mapuches a ese terrorista que imaginó Pinochet, un terrorista que nunca van a encontrar en la zona mapuche, porque no existe.
¿Hubo algún momento clave en el proceso de acercamiento al mundo mapuche?
Un día en que allanaron estuve detenida con los mapuches, sólo unas horas. Y de repente dicen: "¡Ya, usted no es mapuche, entonces puede irse!". En ese momento yo vi discriminación y racismo. Después vi el sufrimiento de los niños, conocí a los presos políticos mapuches, en fin. Uno no puede quedarse inmóvil cuando ve tanto dolor.
¿Eso querías contar en tu película?
Quería dejar impregnada esa realidad, la que vive el pueblo mapuche. Yo no pensé en retratar a un Estado o Gobierno. Yo quería mostrar un mundo cruel, ¿me entiendes? Un mundo que nosotros mismos estamos fomentando, que estamos amparando como sociedad, gracias a que existen leyes hechas para reprimir, para encarcelar.
¿De dónde viene la represión?
De este mundo cruel, de este sistema injusto que busca proteger sus intereses políticos y económicos, de este sistema maquillado que por un lado habla de justicia y por el otro nos trata con injusticia.
Tú le pediste a la ministra de Cultura que viniera a visitarte. ¿Por qué?
Le pedí que viniera para contarle bien lo que había pasado, porque aquí también hay un problema que afecta al arte, a mi película, a mi libertad para expresarme.
¿Y sabes si piensa venir?
No, no me ha dicho nada, sólo me escribió una carta donde me decía que iban a hacer una copia de mi documental, para que no se perdiera. No puedo decirte más porque casi no sé nada de lo que pasa afuera.
¿Te arrepientes de lo que hiciste o te lo cuestionas?
No, al contrario. Tengo un dolor muy grande por no poder mostrar lo que tenía para mostrar. Pero tengo que ser fuerte, porque el dolor de los mapuches lo estoy sufriendo ahora yo, en carne propia. LND

Los ojos enrejados de Elena Varela por Pedro Lemebel





Elena Varela podría haber sido yo, por eso tal vez me encaminé al acto homenaje por el natalicio de Allende en el Centro Cultural frente a La Moneda. Allí haríamos la intervención. Y, la verdad, era muy coherente relacionar este abuso democrático con los 100 años del natalicio de Allende.

Y aunque pude serlo, yo no fui el creador de la acción, más bien me convocaron unos amigos. Y pensando que en este país eran tan pocos los que reclamaban por la libertad de la cineasta y documetalista Elena Varela, encarcelada desde el 7 de mayo en Rancagua, acusada de ser autora intelectual de delitos poco probados, usando como elementos de prueba el montaje de una bandera del MIR y armas de utilería ocupadas en la filmación de una película. Además, Elena realizaba el documental "Newen mapuche", sobre la actual contingencia del pueblo mapuche, y todo ese material fílmico se lo han incautado como elementos de prueba. Elena filmaba los atropellos a los que a diario es sometido el pueblo mapuche, y quizá fue esto lo más provocador para el juez que ordenó su detención.
Si fuera por eso, muchos estaríamos presos. Elena pudo ser cualquiera de nosotros, varios de los que aún quedamos abogando por los atropellados, perseguidos y humillados de siempre. Elena podría haber sido yo, por eso tal vez me encaminé al acto homenaje por el natalicio de Allende en el Centro Cultural frente a La Moneda. Allí haríamos la intervención. Y, la verdad, era muy coherente relacionar este abuso democrático con los 100 años del natalicio de Allende. Era una forma de repolitizarlo, cargar de sentido ese neutro homenaje con olor a cripta. Era hacerlo respirar de un acto vivo demandante de libertad. No éramos tantos los que nos reunimos en un lugar cercano donde nos repartimos camisetas blancas con la leyenda LIBERTAD A ELENA VARELA. Éramos cerca de veinte escritores, estudiantes, cineastas y amigos relacionados con derechos humanos. Un lote compacto que se vistió con la polera y encima nos cubrimos con otra prenda. Teníamos invitaciones que alguien se consiguió de alguna manera.
Al llegar al Centro Cultural donde sería el evento, me encontré con gente conocida y toda la Concertación en pleno más el Partido Comunista, esta vez invitado con banda de música. Diputados, embajadores, artistas y otras pinturas de la política lucían sus pintas domingueras frotándose en una gran concurrencia que repletaba el salón principal de ese búnker subterráneo. Se parece a un gran estacionamiento con una acústica de tarro, por eso el grupo de cámara que se presentó al comienzo sonaba tan mal, rebotaba en la altura del espacio.
El glorioso himno "Venceremos", en violín y viola, era coreado tímidamente por la audiencia. Nos instalamos alineados en una baranda arriba del escenario. Abajo, el público concerta hervía ansioso, se rumoreaba que tal vez la Presidenta no llegaría. Pero llegó, caminando marcial entre el gentío que le abría paso con aplausos. Ella sabe caminar como Mandataria. No sé bien lo que es eso, pero la vi venir desde lo alto con su traje tornasol amaranto con el saludo colgando de la sonrisa. Al parecer, eso es saberse Presidenta. Cierta altivez empuja su paso seguro y acompasado. Se la veía nerviosa, seguramente se había filtrado que preparábamos algo allá arriba. Demoraba demasiado el comienzo del evento y la familia Allende y los artistas y pintores de la izquierda en el escenario conversaban con aburrimiento. Al fin, después de una hora, comenzó el acto con el discurso de la ministra de Cultura. Y a una seña, en ese preciso momento, nos quitamos los abrigos y quedamos todos en polera, en una larga hilera como un lienzo humano exigiendo la libertad de Elena. Un breve y apagado aplauso nos dio a entender que había molestia. La Presidenta nos dio una rápida ojeada y cambió la cara, después trató de parecer indiferente conversando con Isabel Allende. Éramos como su telón de fondo. Y allí nos quedamos sin movernos. Abajo, en la multitud, el murmullo corría preguntando quién es Elena Varela. Cómo se atreven a interrumpir el homenaje a Allende, decían unos socialistas remasterizados. Desde el fondo, una vieja chica no alcanzaba a leer las poleras y pensaba que era una acción por las ballenas. Sin duda, aunque lo calificaron como una acción pacífica, nuestra presencia provocaba tensión, los guardias con sus celulares nos tenían cercados. Pero no había motivo para desalojarnos. Escuchamos todos los discursos con el pecho erguido con el nombre de Elena Varela. Apareció en todos los canales de televisión. Nadie podía no vernos y preguntarse quién es Elena Varela. Después de esa noche, todos sabían quién era. Eso fue todo, cuando la Presidenta se retiró malhumorada, nos pusimos los abrigos y algunos bajamos a dar cuenta del pisco sour del cóctel. Allende, desde la memoria, nos sonreía con una copa en la mano.